Historia
1. Cómo empezó todo: Ceppah no es un negocio, es una respuesta
- Ninguna historia empieza con un logotipo o un sitio web. Ceppah no surgió como una moda pasajera ni por el deseo de ganar dinero con el inglés. Todo empezó porque un profesor se sentía avergonzado. Avergonzado por los cursos en los que sus amigos no aprendían nada.
- De la escuela, donde enseñaban a memorizar en lugar de hablar. De que el inglés se presentara como un conjunto de reglas en lugar de como un idioma con el que se comunica el mundo.
- Y entonces se tomó una decisión: o se aceptaba la situación o se creaba algo que funcionara de otra manera. Sin pretensiones, sin «plataformas innovadoras» ni «resultados garantizados en un mes». Simplemente un curso humano, donde todo tiene sentido.
2. Los primeros alumnos no son clientes, son un círculo de confianza
- Todo comenzó en un departamento con una computadora portátil y dos voluntarios que querían mejorar su inglés conversacional. Sin financiación, sin campañas de relaciones públicas. Simplemente, lección tras lección. Correcciones. Diálogos. Nervios. Pero en un momento dado, una de las participantes escribió en el chat: «Por primera vez tengo ganas de aprender inglés».
- Y eso fue la señal. A partir de ahí se corrió la voz. La gente no venía a un «curso», sino a un «profesor con el que no da miedo hablar mal». Y luego se formó un grupo de cuatro. Luego otro. Luego uno nocturno. Luego uno de fin de semana. Y así se formó la primera versión de lo que hoy se llama Ceppah.
3. No es el sistema el que enseña, es el contacto
- No creamos una plataforma desde cero. Primero creamos a las personas. Llegaron diferentes profesores. Algunos se fueron después de dos meses. Otros se quedaban. Se quedaban aquellos que veían en cada alumno no un «nivel A2», sino una persona viva, con una historia, con problemas, con confusión.
- Y fue entonces cuando surgió el principio que sigue vigente hoy en día: el aprendizaje es una relación. Si no hay calor entre el alumno y el profesor, no hay progreso. En Ceppah no se leen diapositivas ni se limitan a los apuntes. Cada lección es una reacción. Es improvisación dentro de una estructura clara. Es atención.
4. Servicios que han surgido de las necesidades, no de plantillas
- En Ceppah no hay una «gama de cursos». Hay una respuesta a las demandas reales. Alguien vino y dijo: «Solo necesito pasar una entrevista en Google». Creamos un curso intensivo. Alguien preguntó: «¿Podemos hablar solo de viajes?». Escribimos un programa específico. Todo lo que hay es el resultado de escuchar.
- No enseñamos «de todo un poco». No tenemos bloques sobre «El Imperio Británico en el siglo XVI» si lo único que quieres es no perderte en el aeropuerto. No te enseñaremos vocabulario de negocios si eres un estudiante que quiere ver series en versión original. Aquí, cada programa es una respuesta a una demanda.
5. El dinero llegó más tarde. Pero no lo es todo
- Los precios se fijaron para poder pagar los salarios. No había un objetivo de «salir ganando». El objetivo era no quemarse. Con el tiempo, cuando apareció el sitio web, el gabinete personal y el equipo de apoyo, tuvimos que revisar el modelo. Pero no la filosofía. Seguimos sin trabajar con agencias de publicidad, sin comprar tráfico y sin perseguir miles de seguidores.
- Simplemente hacemos bien nuestro trabajo. Y aquellos a quienes les conviene, vienen. Y aquellos que necesitan un «certificado en dos semanas», siguen adelante. No intentamos ser para todos. Y precisamente por eso tenemos a los nuestros.
6. ¿Cómo es Ceppah ahora?
- Hoy en día no son solo clases. Es una comunidad donde personas de diferentes edades, ámbitos y contextos se unen con un objetivo común: superar la barrera del idioma sin presión. Es un equipo de diez profesores que discuten constantemente las clases entre ellos para mantener la calidad. Son más de cien alumnos que se quedan incluso después de terminar el curso, simplemente para charlar.
- Ceppah no tiene oficina. No hay logística. No hay llamadas del tipo «¿te conviene continuar con la suscripción?». Solo hay un formato que funciona y un equipo que lo mantiene.
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